"No eres un poco bajo para ser un stormtrooper?"
El otro día estaba en un casorio donde el tema de charla en la mesa eran las citas, el cómo ha cambiado el cotejo por así decirlo, y más ahora donde la salsa se cocina en las redes sociales. Hubo comensales prehistóricos que tiraron su época con el ICQ, el Renacimiento con el Messenger y hasta llegar a mis tiempos con Facebook y recién ahora con Whatsapp que es una aplicación que cumplo un año con ella y que todavía me cuesta usar (gracias a dios por la opción "silenciar conversación")
Haciendo un poco de revisionismo acerca de mis sociales con conocidos-amigos, caigo en que el punto de partida, de que fue gracias a facebook. Llamemosle falta de vida real, inseguridad y timidez propia que mediante una ventana virtual las disminuyo y parezco genial, porque todos en estas plataformas somos cool, el tema es cuando hay que ir a los bifes. Y hablando de bifes me he llevado varias cachetadas, pero mayormente la otra persona se lleva más por un factor que siempre que conozco a una persona me lo hace saber:
"Pensé que eras más grande, tipo 25".
Que conste que en mi biografía dice que yo cumplo el 23/06/1996, ergo tengo 20. Parece medio propaganda de tratas o de violadores, tranquilos, no soy católico, pero el no chequear con quién vas a salir, una stalkeada previa, puede fomentar varios malentendidos. Como en este caso.
Andrea tenía algo especial: su nombre. No sé por qué pero en ese entonces me encantaba ese nombre, es más, la almohada que uso como apoyo y que además uso para cucharear, se llama Andrea. La fantasía era completada si se llamaba Andrea y era profesora sustituta de Educación Física, no me acuerdo el por qué tal detalle. No he conocido mujeres con ese nombre, salvo la que estoy escribiendo, era algo que me interesaba.
No se lo conté a nadie esto, salvo a un amigo que me dijo:
"Nosotros si conocemos a una Andrea. No te acordás? Batman The Mask Of Phantasm".
Y claro, me había olvidado, Andrea Beaumont, la mujer por la que Bruce Wayne estuvo decidido a dejar de ser Batman para vivir con ella. Pero se termina yendo y lo deja al caballero de la noche.
La conocí a Andrea por un contacto que había compartido un estado de esos virales de intercambiar libros, nos agregamos para coordinar la semana que viene. En esos días empezamos la charla típica: gustos, metas, chistes hasta que llegó el día.
Tanta charla que no habíamos acordado bien cómo iba a ser la cosa:
"Nos vemos en el Café Martinez que está en frente de la Plaza Mitre".
Yo como todo amargado pensaba en darle el libro, muchas gracias y hasta luego. Estos terrícolas quieren socializar todo el tiempo.
Como ya he mencionado, antes de encontrarme con alguien que no conozco, me gusta hacer una stalkeada para tener una idea de la persona, ya me ha pasado tirar un chiste de Callejeros a una chica que tiene como foto de perfil y portada frases de la banda. Quedé en el horno. Bueh. La stalkeada previene, pero hay personas que no siguen la regla.
Ya era el horario y como me pasa, soy puntual con personas inpuntuales. Su "llego en 5" fueron de 15 hasta que la veo venir. Trato de establecer contacto visual más sonrisa pero ella no lo capta, me pasa de largo y se queda parada en la esquina conmigo. Saca el celular y dice:
-Que este tipo no se haya ido por favor.
Me acerco...
-Andrea? Hola, soy Nicolás Pratto.
Yo sé lo que significa la decepción porque yo la viví, no me la tienen que contar. Un verano, tendría 9 años, yo estaba en la pileta y veo que entre mis papás hay un movimiento raro, como si quisieran sersiorar que yo estuviera en la pileta y no en otro lado. Yo había escuchado entre semana que me iban hacer un regalo.
"Listo, seguro que es la compu y la están instalando para que la vea ya preparada".
Me llaman y yo practicando mi asombro como los mejores actores, cual Sbaraglia. Viene mi mamá y me dice "seguime que tenemos una sorpesa para vos". Pasamos mi habitación, pasamos la de ellos, pasamos el living. Dónde pusieron la compu? Abren la puerta...
UNA BICICLETA.
Que conste que en mi biografía dice que yo cumplo el 23/06/1996, ergo tengo 20. Parece medio propaganda de tratas o de violadores, tranquilos, no soy católico, pero el no chequear con quién vas a salir, una stalkeada previa, puede fomentar varios malentendidos. Como en este caso.
Andrea tenía algo especial: su nombre. No sé por qué pero en ese entonces me encantaba ese nombre, es más, la almohada que uso como apoyo y que además uso para cucharear, se llama Andrea. La fantasía era completada si se llamaba Andrea y era profesora sustituta de Educación Física, no me acuerdo el por qué tal detalle. No he conocido mujeres con ese nombre, salvo la que estoy escribiendo, era algo que me interesaba.
No se lo conté a nadie esto, salvo a un amigo que me dijo:
"Nosotros si conocemos a una Andrea. No te acordás? Batman The Mask Of Phantasm".
Y claro, me había olvidado, Andrea Beaumont, la mujer por la que Bruce Wayne estuvo decidido a dejar de ser Batman para vivir con ella. Pero se termina yendo y lo deja al caballero de la noche.
La conocí a Andrea por un contacto que había compartido un estado de esos virales de intercambiar libros, nos agregamos para coordinar la semana que viene. En esos días empezamos la charla típica: gustos, metas, chistes hasta que llegó el día.
Tanta charla que no habíamos acordado bien cómo iba a ser la cosa:
"Nos vemos en el Café Martinez que está en frente de la Plaza Mitre".
Yo como todo amargado pensaba en darle el libro, muchas gracias y hasta luego. Estos terrícolas quieren socializar todo el tiempo.
Como ya he mencionado, antes de encontrarme con alguien que no conozco, me gusta hacer una stalkeada para tener una idea de la persona, ya me ha pasado tirar un chiste de Callejeros a una chica que tiene como foto de perfil y portada frases de la banda. Quedé en el horno. Bueh. La stalkeada previene, pero hay personas que no siguen la regla.
Ya era el horario y como me pasa, soy puntual con personas inpuntuales. Su "llego en 5" fueron de 15 hasta que la veo venir. Trato de establecer contacto visual más sonrisa pero ella no lo capta, me pasa de largo y se queda parada en la esquina conmigo. Saca el celular y dice:
-Que este tipo no se haya ido por favor.
Me acerco...
-Andrea? Hola, soy Nicolás Pratto.
Yo sé lo que significa la decepción porque yo la viví, no me la tienen que contar. Un verano, tendría 9 años, yo estaba en la pileta y veo que entre mis papás hay un movimiento raro, como si quisieran sersiorar que yo estuviera en la pileta y no en otro lado. Yo había escuchado entre semana que me iban hacer un regalo.
"Listo, seguro que es la compu y la están instalando para que la vea ya preparada".
Me llaman y yo practicando mi asombro como los mejores actores, cual Sbaraglia. Viene mi mamá y me dice "seguime que tenemos una sorpesa para vos". Pasamos mi habitación, pasamos la de ellos, pasamos el living. Dónde pusieron la compu? Abren la puerta...
UNA BICICLETA.
"Sólo existe una traición, la original, las demás son un eco de esta".
Y Andrea se sentía traicionada, la misma expresión del Nicolás de 9 años. Para simular amablemente me devuelve la sonrisa...
-Disculpame, no te había visto.
-No pasa nada.
-No creí que eras chico, nunca te dijeron que aparentas tipo 25?
-La historia de mi vida. Entramos?
No sé su edad, y como todo caballero opté por no preguntar, pero ya es una señora. Bien vestida y con buenos modales. Una Mr.Robinson. Yo inmediatamente quise sacarle la idea de que era un nene y reflotar la idea que tenía por medio de las redes sociales. Le doy mi libro que era "Misteriosa Buenos Aires" de Mujica Laines y ella me da una recopilación de cuentos de Tolstoi. Y la charla tomó rumbos literarios, reconoció que no sabe mucho de literatura, prefiere lo light estilo Florencia Bonelli, yo le recomiendo un par de libros para que se vaya iniciando:
-Viste "Midnight in Paris", la de Woody Allen?
-Si, me encantó.
-Te recomiendo "París era una fiesta" de Ernest Hemingway, que también aparece en la película cuando Owen Wilson se sube al auto. Es Medianoche en París pero a través de los ojos de Hemingway, te transporta a esa época.
-Me suena ese escritor, lo voy a comprar.
El café y la charla fueron agradables, la acompañé hasta una cuadra de su gimnasio porque me dijo "podés doblar acá hasta que tomes el colectivo", que en realidad significaba "no quiero que me vean en la entrada con vos". Nos agregamos por Whatsapp y arreglarnos para vernos otro día.
Yo me sentía extraño, había visto El Graduado, la película y mis hormonas del momento no me ayudaban a pensar, pero tenía que luchar con eso y aunque sea parecer normal y no tan "acelerado" para no ensuciarme la boca. Trataba de acotar lo justo y necesario en el chat, no contestar tan enseguida ni tan tarde, si su respuesta era cortante se sigue la charla hasta que la empieza ella otra vez, no quería parecer un pesado. Por Whatsapp todos somos posibles John McClane.
Arreglamos esta vez para almorzar y me tocaba elegir a mí. No quería hacer la obvia de Gûemes ni tampoco el centro, mejor un lugar alejado pero no tanto, los bares-restaurant de Córdoba pre Colón. Viernes 13:30. El lugar era bueno, poca gente, música que acompaña pero a la vez una carta reducida, no importaba. Esta vez ella me tuvo que esperar y cuando la vi no tenía la cara de decepción, ya había quebrado y tenía que mantener el saque.
Yo creo que la segunda cita en estos casos es la más arriesgada. La primera es un café, es corta, da lugar a conocer los gustos de las personas y demás. La segunda por lo general es un almuerzo o cena, hay más tiempo y ya se tratan temas personales como lo que uno hace y las metas que tiene. Yyyy yo sinceramente era un estudiante del secundario cuya meta era terminarlo luego de haber repetido más de tres veces. No le podía decir eso porque es lo más bajonero para decir y arruinaría todo el tema del chico maduro de la anterior cita.
Actualmente trabajo en un estudio de abogados, hace casi 4 años que estoy ahí y he aprendido algo que se puede usar el cualquier momento, algo denominado "Lengüaje de abogados". Decir la verdad endulzada, pero verdad al fín. En un juicio no se dice "Esta persona le chocó el auto". Se dice "Esta persona lo embistió". O "Quiso matarlo", es "Cometió un homicidio negligente". Entonces poniéndome el traje de Burlando le digo:
-Estoy terminando mis estudios de Sociales y aún no estoy decidido los estudios que continuaré, me gusta tomarme mi tiempo para planificar bien el siguiente paso.
-Qué bueno, que la ansiedad no juegue una mala pasada a la hora de decidir.
Por su parte ella trabaja en el rubro de hotelería, separada hace un par de años y madre de un hijo adolescente. Yo escuchaba lo que decía y acotaba en cada silencio, y aparte porque aprecio cuando una persona habla ya que soy de los que prefieren escuchar.
Cuando salgo con una chica, llamemosle realismo o inseguridad, siempre pienso: "Ella puede estar con una persona mucho mejor que yo, osea, sos linda, simpática. No te digo que soy un ser deforme y aburrido pero soy alguien regular, mediocre. Vos estás para algo mucho mejor".
Estaba en ese pensamiento bajonero mientras ella me hablaba de una persona que estaba conociendo hace poco, y le tiraba frases para que guiara. Un poco irónico que un chico de 17 le tire a una señora tips de hombes pero no podía estar todo el almuerzo en silencio:
-Y fijate, hay que ir conociendo a las personas para no llevarse sorpresas. El modo en que te trata y trata a los demás, si es respetuoso, educado. Ojo, capaz usted quiera algo pasajero y ese es otro plano que desconozco porque no me gusta eso de ahora, es como si las personas fueran descartables y no existiera el compromiso.
-Por favor Nico, no me trates de usted que me hacés parecer más vieja. Pero si, tenés razón, por eso me separé.
La acompañé hasta el hotel donde trabaja y nos despedimos:
-Gracias por el grato almuerzo. Seguile con el hombre que por ahí, quién sabe? Crucemos los dedos. No me dijiste cómo se llama.
-Jaja. Se llama Nicolás Pratto. Hablamos cuando llegue a casa.
Era Benjamin Braddock.
Por su parte ella trabaja en el rubro de hotelería, separada hace un par de años y madre de un hijo adolescente. Yo escuchaba lo que decía y acotaba en cada silencio, y aparte porque aprecio cuando una persona habla ya que soy de los que prefieren escuchar.
Cuando salgo con una chica, llamemosle realismo o inseguridad, siempre pienso: "Ella puede estar con una persona mucho mejor que yo, osea, sos linda, simpática. No te digo que soy un ser deforme y aburrido pero soy alguien regular, mediocre. Vos estás para algo mucho mejor".
Estaba en ese pensamiento bajonero mientras ella me hablaba de una persona que estaba conociendo hace poco, y le tiraba frases para que guiara. Un poco irónico que un chico de 17 le tire a una señora tips de hombes pero no podía estar todo el almuerzo en silencio:
-Y fijate, hay que ir conociendo a las personas para no llevarse sorpresas. El modo en que te trata y trata a los demás, si es respetuoso, educado. Ojo, capaz usted quiera algo pasajero y ese es otro plano que desconozco porque no me gusta eso de ahora, es como si las personas fueran descartables y no existiera el compromiso.
-Por favor Nico, no me trates de usted que me hacés parecer más vieja. Pero si, tenés razón, por eso me separé.
La acompañé hasta el hotel donde trabaja y nos despedimos:
-Gracias por el grato almuerzo. Seguile con el hombre que por ahí, quién sabe? Crucemos los dedos. No me dijiste cómo se llama.
-Jaja. Se llama Nicolás Pratto. Hablamos cuando llegue a casa.
Era Benjamin Braddock.
Hace unos meses hablando con un conocido acerca de las veces que nos enamoramos en el transporte público me decía:
"A mí me pasó con una chica llegando a Retiro, hubo cruce de miradas y sonrisas. Hasta que me dije 'por qué no?' y le hablé. 'Querés ir a tomar un café?' y me dijo 'Disculpame pero tengo novio'. Le pifié".
Pero qué hubiera pasado su hubiera dicho que si. Nosotros vamos con la espera de recibir un no, pero y si sucede? Nos bajamos y tomamos el café o ante inesperada respuesta nos tiramos de la ventana? Yo estaba en esa.
Andrea tenía en nombre, tenía el atractivo, la amabilidad. A veces nos enroscamos en idealizar esa fantasía del concepto que tenemos de la mujer cada uno. Pero no pensamos en nosotros mismos en crecer como persona para estar a la altura de la situación. Ella era una mujer, y yo un chico jugando a ser grande.
Seguimos hablando, cada vez más seguido. Se disculpó por si me había incomodado.
-Por favor Andrea, no pasa nada.
-No lo entiendo. Sos una persona correcta, muy amable es como que estoy con vos y me traes tranquilidad. Cuándo nos vemos?
Seguía dudando hasta que nos volvimos a ver luego de dos semanas. Como el día estaba lindo salimos a caminar y a ver una muestra en el Auditorium. Me mira llegar y el rostro de la Andrea de la primera cita volvió, decepcionada. La salida estuvo acompañada de silencios, no sabía cómo remarla, no entendía qué le había pasado, hace media hora por whatsapp estaba todo bien. La salida fue corta porque me dijo que se había olvidado de algo. La acompaño hasta su caso hasta que le pregunto:
-Pasó algo Andrea? Te noté algo cerrada hoy a diferencia de los días anteriores.
Nos besamos, pero fue un sin beso, el beso que arranca pero se corta en medio del éxtasis. Se acuerdan de Volver al Futuro cuando Lorraine trata de besar a Marty en el auto? Ella tenía la misma expresión, era Lorraine.
-Disculpame Nicolás pero no puedo. La verdad que te agradezco estas semanas porque sos la única persona que me escuchó cuando me sentía sola y me hacía sentir bien y acompañada. Sos una persona muy agradable, caballero, a veces en demasía porque estás en todos los detalles. Pero hoy te vi llegar y tenías una remera de Star Wars, mi hijo es fanático de Star Wars. Caí que vos tenés la edad de mi hijo, que estás terminando el secundario, que tenés una vida por delante.
GEORGE LUCAS ME ARRUINÓ UNA CITA.
En Star Wars los Caballeros Jedi son como una especie de monjes, no pueden entablar relación amorosa alguna ya que deben estar al servicio de la Galaxia en todo momento. En ese momento me había convertido en el Maestro Yoda.
Tuvo los ovarios de los huevos que yo no tuve para ver la realidad.
Nos distanciamos un tiempo, casi un año hasta que volvimos a hablar. Estaba en pareja y por ser mamá, feliz. Ya no era Lorraine, tenía el rostro de la Andrea de la segunda cita.
Mientras tanto yo sigo siendo más Yoda que nunca.
Igual me hubiera gustado ver los juguetes que tenía el hijo.